Freitag, Juni 28, 2013

"Praha v Zari Svetel" (1928) By Svatopluk Innemann



The city of Prague is probably one of the most beautiful cities in Europe. To walk during daylight through the Old Town ( Staré Mesto ) contemplating its magnificent ancient buildings and then strolling over to Wenceslas Square. Visit the Jewish Quarter and then cross the Charles Bridge to Malá Strana ( Little Quarter ) in order to see the city viewed from Prague castle; well, this is certainly a wonderful pleasure for aristocratic senses, but what happens by night??...

During this Herr Graf’s youthful days, when the evening came, lamplights, torches and bonfires were lit in order to have a glimpse of the streets where aristocrats roamed the late hours. The dim illumination certainly gave an enigmatic and mysterious atmosphere to any European city street night.

But alas!, the modern times came and with it the electricity, putting an end to the gloom and mystery of city nights; illuminating these European streets now as if it were broad daylight.

A good example of this change can be seen in the film “Praha v Zari Svetel” ( Prague Illuminated By Millions Of Lights ) (1928) directed by Herr Svatopluk Innemann in where the city of Prague shines, quite literally…, thanks to such modern inventions.

Herr Innemann was commissioned by a power company to do a special film project to emphasize the advantages electricity would offer the inhabitants of Prague. The Czech director's splendid work; showing the essential Prague attractions and sightseeing (mentioned before by this Herr Graf), besides other...should we call them the more commoner attractions, are each photographed by night.

That “Praha v Zari Svetel” is a splendid urban symphony is no doubt indebted to other similar city films of this silent period, a fascinating nightlong journey through the city of Prague until dawn where the thrilling and populated streets of the Czech capital city shows in detail the nightlife of such beautiful city.

The film is a worthy document of the old times and way of life. The attractions of Prague and the inhabitants of the city are the principal characters of the film, rushing from one place to another. Consumers visit shops, cafes, breweries, theaters, billiards or hat stores ( ja, mein liebers..., in these old times, stylish European people wore very fashionable hats ).

The trams and the cars, traffic policemen, shop windows, and even neon...everything illuminated in its splendor thanks to the new invention, giving its inhabitants a new kind of leisure, much different in comparison with the old nights illuminated by gas lamps. In this way, the end to the mystery of the night, a gloomy atmosphere that may be only guessed at today can be seen in the film, when a new dawn begins shining upon a deserted city and little by little, they begin to stir in their sleep.

And now, if you'll allow me, I must temporarily take my leave because this German Count must light a funeral pyre for one of his Teutonic rich heiresses.

Herr Graf Ferdinand Von Galitzien

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La ciudad de Praga es, probablemente, una de las más bellas de Europa; caminar durante el día por la ciudad vieja ( Staré Mesto ) contemplando sus magníficos y antiguos edificios para luego pasear por la plaza de Wenceslao, visitar el barrio judío y cruzar el puente de San Carlos hasta Malá Strana para desde allí contemplar la ciudad desde el castillo de Praga, es ciertamente todo un placer para los sentidos aristocráticos, pero ¿qué acontece cuando cae la noche?...

Durante los años mozos de éste Herr Graf, cuando llegaba la noche, farolas, antorchas u hogueras, eran encendidas para así poder vislumbrar las calles por donde los aristócratas solían deambular a altas horas de la madrugada, sombría iluminación ésta que ciertamente daba una enigmática y misteriosa atmósfera a cualquier calle nocturna europea de entonces.

Pero lamentablemente los tiempos modernos llegaron y con ellos la electricidad, un invento que acabó con las misteriosas noches urbanas, iluminando como si fuese pleno día las calles de nuestras ciudades durante las horas intempestivas.

Un buen ejemplo de este hecho puede ser contemplado en el filme “Praha v Zari Svetel” (1928) filme dirigido por Herr Svatopluk Innemann, en donde la ciudad de Praga brilla ( nunca mejor dicho ) en todo su esplendor gracias al novísimo invento eléctrico.

Herr Innemann recibió el encargo de una compañía eléctrica para la realización de este filme y así destacar las ventajas que la electricidad podía ofrecer a los habitantes de la ciudad de Praga, realizando el director checo un magnífico trabajo en donde las imprescindibles vistas y monumentos de la capital checa mencionados con anterioridad por éste Herr Graf, además de otras mucho más ordinarias, son fotografiadas durante la noche de la capital checa.

“Praha v Zari Svetel” es una espléndida sinfonía urbana, deudora ésta de otras similares producciones cinematográficas de la época, un fascinante viaje nocturno por la capital checa hasta el amanecer, en donde las populosas calles de la ciudad muestran en detalle la vida nocturna de tan hermosa ciudad.

El filme es un valioso documento sobre tiempos pasados y su peculiar forma de vida; además de las atracciones turísticas, los habitantes de la ciudad son los principales protagonistas del filme, moviéndose frenéticamente de un lado hacia otro, consumidores urbanos que visitan tiendas, cafeterías, cervecerías, teatros, billares o tiendas de sombreros ( ja, mein liebers, en aquellos tiempos, los estilosos europeos llevaban sombreros a la moda ).

Tranvías y automóviles, policías dirigiendo el tráfico, escaparates, neones, todo ello es fotografiado gracias a la electricidad, dando además la oportunidad dicho invento, a los habitantes de la ciudad de disfrutar de un nuevo tipo de ocio, muy diferente éste de cuando las noches de antaño eran iluminadas por lámparas de gas, finalizando así con el antiguo misterio de la noche, aquella sombría atmósfera urbana que solamente puede ser intuida, tal y como refleja el filme, cuando comienza a amanecer y la desértica ciudad poco a poco se va desperezando.

Y ahora si me lo permiten, les tengo que dejar momentáneamente, pues este conde germánico tiene que encender una pira funeraria para una de sus ricas herederas teutónicas.

Herr Graf Ferdinand Von Galitzien

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