Freitag, Mai 17, 2013

"Turksib" (1929) By Viktor Turin



The current times are hard for the European continent where the financial crisis and the new economic order imposed by Fraulein Merkel ( Deutchland finally conquered Europe, ja wohl! ) on their partners demands austerity and budget cuts.  This seems to be the answer to many E.U. economic difficulties as far as the German chancellor is concerned.  A pleasant contrast can be found by watching films like “Turksib” (1929) directed by Herr Viktor Turin where we see the Bolshevik government investing in major infrastructure and forgetting what the word “crisis” means.

Obviously this Herr Graf preferred other more amusing private government investments as happened during the Czarist times when they held big balls with magnificent orchestras and served sumptuous meals to idle aristocrats.   Unfortunately this was dramatically modified when the Bolsheviks came to power; they preferred more common and earthly investments like the building of the Turkestan-Siberian railway which is what is depicted in a detailed way in the film “Turksib”.  The huge and complicated project joined the arid plains of the Russian region with the icy Siberian mountains.

“Turksib” is a pure propaganda silent film without complexity so accordingly Herr Turin did his work properly and with due care to details and precision.  The film lacks emotion in comparison with similar propaganda oeuvres of the same period with their studied aestheticism and powerful imagery that seduces the audience.  “Turksib” is a down to earth documentary which wastes no time on beautiful landscapes and is mechanical in the purest sense of the term.

Technically “Turksib” is an excellent silent film with its superb editing so typical of the Soviet films of the period.  The modern and the ancient are connected as we see workmen and engineers working alongside local tribes. It is pretty much a publicity report for the Bolshevik government but certainly an effective one.

And now, if you'll allow me, I must temporarily take my leave because this German Count must book a ticket in advance for the Turksib in order to put on the train one of his rich heiresses with the hope that she can be lost forever in such far-off foreign lands.

Herr Graf Ferdinand Von Galitzien

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Son éstos difíciles tiempos para el continente europeo, en donde la crisis financiera y el nuevo orden económico impuesto por Fraulein Merkel a sus socios europeos ( Deutschland finalmente ha conquistado Europa, ja wohl! ), la austeridad y los recortes presupuestarios son para la canciller alemana la panacea y única solución a los problemas financieros que sufren algunos países de la Unión Europea; teniendo en cuenta ésta cuestión, resulta ciertamente placentero contemplar filmes como “Turksib” (1929), dirigido por Herr Viktor Turin, en donde grandes inversiones por parte del gobierno bolchevique en colosales infraestructuras se muestran alegremente, desconociendo los susodichos el significado de la palabra crisis.

Obviamente éste Herr Graf prefería las inversiones estales, privadas y mucho más divertidas, de la época de los Zares, en donde grandes bailes con grandes orquestas en donde se incluían opíparas comidas, estaban a disposición de ociosos aristócratas; lamentablemente esto cambió dramáticamente con la llegada de los bolcheviques, optando éstos por inversiones mucho más terrenales y aburridas como, por ejemplo, la construcción de la línea de ferrocarril entre Turkestán y Siberia, como bien muestra el filme “Turksib”, una gran y complicada obra necesaria para unir las áridas planicies de la región rusa con las heladas montañas siberianas.

“Turksib” es un filme puramente propagandístico, sin complejos y así lo refleja Herr Turin, mostrando el director ruso de forma detallada tan complicado proyecto y lo que la construcción de tan larga línea ferroviaria significaba para el gobierno ruso.

Precisamente debido al cuidado y la detallada precisión con la cual Herr Turin impregna el filme, éste documental carece de emoción en comparación con otros filmes similares propagandísticos de la época, filmes silente en donde en numerosas ocasiones prevalecía un impostado esteticismo y líricas imagines que seducían al p gracias a su fuerza artística; éste no es ciertamente el caso de “Turksib”, un documental en donde no hay lugar para cuidados esteticismos o bellos paisajes, una obra mucho más “mecánica” en el más puro sentido de la palabra y con todas sus consecuencias.

Técnicamente “Turksib” es un filme excelente en donde brilla, como es habitual en similares películas soviéticas de la época, su montaje, entremezclando imágenes de trabajadores, ingenieros y pueblos autóctonos con modernas máquinas y seculares formas de vida, un documental puro en donde lo viejo y lo nuevo, el atraso y el progreso se muestra de forma metódica, resultando ser el filme una especie de publirreportaje al servicio del gobierno bolchevique.

Y ahora si me lo permiten, les tengo que dejar momentáneamente, pues éste conde germánico tiene que reservar un billete en el “Turksib” para una de sus ricas herederas germánicas, con la esperanza de que ésta se pierda irremisiblemente y para siempre en tan extraños y remotos parajes.

Herr Graf Ferdinand Von Galitzien

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