Samstag, Juni 23, 2012

"Messalina" (1924) By Enrico Guazzoni



Early Christians and their struggle with pagan Rome was a favourite subject for Herr Enrico Guazzoni but if you have to choose between depicting orgies, murders and conspiracies or the incense of the saints, the bad guys will win every time.  

So, taking advantage of the fact that these early Christians were occupied attending mass in the catacombs, Herr Guazzoni left them to their praying and eliminated them for his next big silent production, “Messalina” (1924), the tale of that wicked and lustful empress who had a talent for causing problems.  The result is another great silent spectacle that is all the better for eliminating mysticism, revelations and boring goodness.

As usual the Romans are busy with plotting, crimes and general bad behaviour as Frau Messalina strives for power and has to deal with her equally ambitious relatives ( And  you complain about family problems nowadays) .  As usual, Her Guazzoni puts on a really big show with huge crowd scenes and magnificent sets.  

This Herr Graf was astounded by the rhythm and power of the Coliseum sequence.  There’s an incredible chariot race which demonstrates the director’s increasing technical ability as he uses camera set-ups and movements that were quite innovative for the time and clearly influenced other historical epics.  There are none of the static and overly long sequences that often dragged down so many early epics.

And now, if you'll allow me, I must temporarily take my leave because this German Count has a date with the lustful Messalina.

Herr Graf Ferdinand Von Galitzien

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Para Herr Enrico Guazzoni los orígenes del Cristianismo y los primeros cristianos durante el periodo del Imperio Romano, era un tema muy recurrente en sus primeros filmes silentes, pero la verdad, si usted tiene que elegir, por una parte, entre los crímenes, conspiraciones y disputas, en los cuales de forma bastante habitual se veían involucrados tanto César como toda la poderosa Roma, o bien el pacífico aroma del incienso que exudaban los primeros cristianos, desde luego no hay comparación posible entre ambos temas, ¡todo sea por el espectáculo silente.

Aprovechando que los cristianos estaban ocupados asistiendo a misa en las catacumbas, Herr Guazzoni prefiere dejarlos allí rezando, prescindiendo de ellos para una de sus grandes producciones silentes, “Messalina” (1924), filme en donde se cuenta la vida y época de tan inmoral, malvada y lujuriosa emperatriz la cuala tenía una cierta habilidad para meterse en problemas.

Consecuentemente, con tan magníficas referencias de intrigas históricas, un excelente y gran espectáculo silente está garantizado ( ni rastro en éste filme de misticismo, apariciones divinas o aburridas vidas de santos ) y desde luego Herr Guazzoni consigue su propósito con creces.

Además de las habituales intrigas romanas que tan populares eran en dicha época ( los romanos estaban siempre muy ocupados con crímenes, conspiraciones, orgías y otras naderías del estilo ), que lógicamente estaban derredor de Frau Messalina, también se muestra en el filme las problemáticas relaciones de la susodicha con sus familiares en la búsqueda del poder absoluto ( y ustedes se quejan de las relaciones familiares de hoy en día… ), destacando igualmente y como viene siendo habitual en numerosos filmes silentes de Herr Guazzoni, su exquisito cuidado a la hora de preparar un gran espectáculo silente en donde, lógicamente, no pueden faltar sus espectaculares decorados repletos éstos de figurantes.

En “Messalina” brilla especialmente una escena en el filme, la que transcurre en el Coliseo, una secuencia que ha sorprendido a éste Herr Graf por sus virtudes cinematográficas, ritmo y gran sentido del espectáculo.

Aunque en otros filmes épicos silentes de Herr Guazzoni se pueden hallar escenas similares a ésta, en “Messalina” la técnica ha mejorado muchísimo, tal y como se puede comprobar durante la secuencia de la carrera de cuadrigas, filmada ésta desde planos frontales y a ras del suelo, un uso de la cámara que ciertamente no era habitual en otras grandes producciones silentes del director italiano, muy innovadora para la época y de gran influencia para filmes posteriores.

Y lo mismo acontece con el depurado sentido del espectáculo en “Messalina”, mucho más moderno que en anteriores producciones, logrando mantener el ritmo e interés mientras asistimos a la lucha por el poder de Frau Messalina, centrando todos sus esfuerzos Herr Guazzoni y virtudes cinematográficas en alternar el más puro espectáculo con las conspiraciones que se fraguan de puertas adentro, evitando escenas demasiado estáticas o excesivamente largas que muchas veces lastraban los méritos de otras grandes producciones silentes del director italiano.

Y ahora si me lo permiten, les tengo que dejar momentáneamente, pues este conde germánico tiene una cita con la lujuriosa Messalina.

Herr Graf Ferdinand Von Galitzien


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