Samstag, Mai 09, 2009

"The Love Light" (1921) By Frances Marion


From time to time it’s very advisable for the aristocracy to watch some silent film about the harsh life of the common people in order to remind themselves of the privileges and the comfortable life that they have enjoyed since the beginning of mankind or even before… in comparison with the complicated and hard work that common people have to endure everyday since the aristocrats rule the world.

And that’s what happens in “The Love Light” (1921), the first film directed by Dame Frances Marion who will be famous afterwards in the silent and talkie world thanks overall to her work as a screenwriter; better for her, certainly, because her career as a film director doesn’t impress this German count.

The film tells the story of Dame Angela Carlotti ( Dame Mary Pickford ) a merry Italian girl who lives surrounded by a “picturesque squalor” ( an important difference of opinion between upper and low classes; aristocrats prefers to live surrounded by “picturesque luxury”… ); she has two brothers and a secret admirer but all she gives him in return is indifference.
Destiny begins to work hard and pretty soon war is declared and Dame Angela’s two brothers enlist and in the next reel both are dead.
But destiny is even crueller and Dame Angela meanwhile falls in love with… a German!! And to make things worse, she doesn’t know that her Teutonic sweetie is a spy and that the light signals that she sends to him every night from the lighthouse she maintains thinking that is a love signal, don’t mean “Ich Liebe Dich” but “Sink Any Damn Italian Boat At Sea”…

Fortunately for Dame Angela, pretty soon her sweetie German spy will be found by the neighbours in her house in which she was hiding him ( a not strange fact, indeed, because it is not an easy task for a German to go unnoticed… ) but the German spy will prefer to die before being captured by those Italians.

From that German love, a half-Teutonic baby will born ( the wicked Destiny at full speed… ) but a greedy neighbour who has a particular idea of motherhood will carry away her son with the consent of a Catholic nun who has taken the Council of Trent to extremes… a fact that will put Dame Angela at the verge of insanity.

But meanwhile Dame Angela’s secret admirer has returned from the war and you can think that finally Dame Angela’s sorrowful life will improve; a tremendous mistake because Destiny has in store for her that the returned soldier is blind.
But as they say in Germany, it may be a blessing in disguise and finally Dame Angela will recover her son and will start a new life with her blind sweetie in a poor Italian village in what it is supposed to be a happy ending for the common people.

As this German count said before, it was much better for Dame Frances Marion that she continued her career as a screenwriter, because as can be seen in “The Love Light”, she had a lot of imagination to invent incredible stories, ja wohl!… but a completely different subject is to direct films and her silent debut lacks emotion and rhythm in spite of the effort of Dame Pickford to involve the audience with her many disgraces. The nonexistent film narrative causes indifference in the spectator making this the kind of film where only Dame Pickford herself provides the interest and not her circumstances.

And now, if you'll allow me, I must temporarily take my leave because this German Count must send Morse signals from the Schloss north tower to one of his Teutonic rich heiress.

Herr Graf Ferdinand Von Galitzien

-/-

De vez en cuando, es muy recomendable para la aristocracia, ver algún filme silente en el que se narre la dura vida de la gente ordinaria para que así se den cuenta de los privilegios y las comodidades que vienen disfrutando desde el principio de la humanidad o incluso antes… en comparación con la complicada y dura vida que la gente ordinaria tienen que soportar diariamente desde que los aristócratas dominan el mundo.

Y eso es precisamente lo que acontece en el filme “The Love Light” (1921), una obra dirigida por Dame Frances Marion, la cual sería muy famosa posteriormente, tanto en su carrera silente como en la sonora, por su trabajo como guionista, mucho mejor para ella, ciertamente, pues su carrera como directora no es demasiado relevante para éste conde germánico.

El filme narra la historia de Dame Angela Carlotti ( Dame Mary Pickford ) una alegre jovenzuela italiana que vive rodeada por una “típica pobreza” ( toda una importante diferencia de opinión ésta, entre las clases altas y las bajas, pues los aristócratas prefieren vivir rodeados de “típico lujo”… ); la susodicha tiene dos hermanos, además de un admirador secreto, aunque ella no le hace demasiado caso.
El destino comienza a hacer su trabajo y muy pronto se declara la guerra y los dos hermanos de Angela se alistan rápidamente para, en el próximo rollo de la película, estar ambos muertos.
Pero el destino es todavía aún más cruel y mientras esto sucede, Dame Angela se enamorará de… ¡un alemán!; para hacer las cosas aún más difíciles, ella no sabe que su querido amor teutón es todo un espía y que las señales luminosas que todas las noches ella le envía desde el faro que cuida y que cree son mensajes cifrados de amor, no significan finalmente “Ich Liebe Dich” si no “Hundan Cualquier Maldito Buque Italiano A La Vista”…

Afortunadamente para Dame Angela, muy pronto su querido espía alemán será encontrado por vecinos del lugar en su casa, lugar en donde ella lo mantenía escondido ( un hecho éste nada raro, ciertamente, pues es muy difícil para un germano el pasar desapercibido… ), pero el espía alemán preferirá morir antes que ser capturado por esos italianos.

De ese amor teutón, nacerá un bebé medio germánico ( el pérfido destino trabajando a toda máquina… ) pero una avariciosa vecina, la cual tiene una particular idea de lo que es la maternidad, le arrebatará el bebé a Dame Angela con la ayuda de una monja católica, la cual pone en práctica, de forma extremista, los preceptos del Concilio de Trento… un hecho que pondrá a nuestra heroína al borde de la locura.

Mientras tanto, el admirador secreto de Dame Angela, ha vuelto de la guerra, pero si se creían ustedes que por fin la triste vida de nuestra protagonista experimentaría una cierta mejoría, cometen ustedes un craso error, pues el destino tenía aún reservado un último cartucho para Dame Angela: el soldado retornado está ciego.
Pero como se dice en Germania, no hay mal que por bien no venga y finalmente Dame Angela recuperará a su querido hijo y comenzará una nueva vida al lado de su amante ciego, en ese mísero pueblo italiano, en lo que se presupone es todo un final feliz para la gente ordinaria.

Como éste conde germánico había mencionado anteriormente, fue mucho mejor para Dame Frances Marion que centrase su carrera como guionista, pues tal y como se puede comprobar en “The Love Light”, desde luego imaginación no le faltaba para idear historias ciertamente increíbles, ja wohl!... pues dirigir filmes es un asunto completamente diferente y a su debut silente le falta emoción y ritmo, a pesar de los esfuerzos de Dame Pickford para hacer partícipes al público de sus numerosas desgracias; una inexistente narrativa cinematográfica que causa indiferencia en el espectador, siendo Dame Pickford y no sus circunstancias, el único aliciente de ésta producción cinematográfica.

Y ahora si me lo permiten, les tengo que dejar momentáneamente, pues este conde germánico tiene que enviar a una de sus ricas herederas teutónicas, señales en Morse desde la torre norte del Schloss.

Herr Graf Ferdinand Von Galitzien

3 Kommentare:

Histeriahistrionica hat gesagt…

¡Ahh... mi querido, herr Conde! ¡Usted... siempre proponiendo rocambolescas y melodramáticas historias silentes! ¡Menuda forma de liar la madeja o, mejor dicho, el rollo fílmico silencioso!.
No me cabe duda alguna de que, Dame Marion, es una excelente guionista; no obstante, señor Ferdinand, parece usted poseer una mente propia de un pérfido y aristocrático tramoyista. (Es como... un "aristós" con aristas.)
¿Por qué propone una historia de una directora poco salientable? ¿Es acaso... la autora del guión, Dame Marion? Me encuentro, ya sabe herr Conde, en la ignorancia del silencio... ¿hallaré alguna luz que guíe mi regreso a Ítaca?. Penélope teje demasiado...
Como dice un antiguo dicho italo- castellano-manchego (conocida triple alianza o entente) "¡Porca miseria!" y... nunca mejor empleada la expresión tratándose de un mísero drama. Las circunstancias de la dama son, cuando menos, extrañas... la problemática de no ser bilingüe siempre en entredicho ¡qué contradicción nunca pronunciada!.
Por lo que observo... (todavía gozo de buena visión) ha encontrado el norte y encaramado en una de sus torres, cual faro luminoso, ha decidido enviar mensajes cifrados a sus cilíndricas jamonas teutonas.(Dames todas, cómo no)
¡Qué personajes más desdichados y empobrecidos pululan en sus escenas sigilosas!¡Mon dieu, redención y esperanza iluminada!. Por otro lado, ¡qué maravillosas imágenes nos muestra desde su cine-ojo!(con monóculo impertinente incluído, claro está.)
Señor Conde, ¿se puede ser más contrareformista que el Concilio de Trento? Sí, se puede. Una melenuda bolchevique de Octubre, del 17 (... y del 21 de octubre también) reivindica a las mujeres en puestos directivos (cinéfilos o no).
Una dama es una dama, una trama es una trama, un guión es el cordón umbilical y una directora de orquesta que armoniza... es la mejor batuta.

PD: mientras escribía esto descorché una botella y... creo señor Conde, que me he quedado ciega.

Ferdinand Von Galitzien hat gesagt…

Mein liebe Dame Esther:

¡Ah, que grata sorpresa el haber declarado usted públicamente su cierta querencia por el espíritu del vino!... una buena y etílica costumbre que éste Herr Graf también comparte con usted ( aunque tiene que confesar que de vez en cuando y con el permiso de sus caras herederas teutónicas, traiciona a sus más preciados caldos del Rhin por esos misteriosos combinados elegantes e igualmente alcohólicos denominados “cocktails” y que lógicamente usted desconoce debido a su condición de melenuda ( ni que decir tiene, además…, que el vino que usted bebe habitualmente no es ni siquiera un mísero tinto reposado en roble por un corto espacio de tiempo para que así tenga un mínimo de graduación y sabor, si no uno de esos compuestos de dudosa procedencia y envasado en bochornosos recipientes de plástico que beben los de su clase con fruición y alevosía a la mínima ocasión y de venta en populacheros establecimientos lógicamente muy ordinarios ellos… ).

Tras haberse quedado traspuesto éste Herr Graf tras haber leído su último comunicado interno ( éste su Herr Von debe reconocer que el caldo del Rhin que se ha bebido durante su opípara comida de mediodía, ha ayudado también a que éste aristócrata esté en un cierto estado de inconsciencia etílica… ), repleto de curiosas reflexiones y juegos de palabras que desde luego son del agrado de éste su Herr Graf, se le comunica que, efectivamente, Dame Marion es la que firma de su puño ( no en alto, pues la jovenzuela es americana y ya sabe usted que en esas lejanas tierras de más allá del Atlántico, sus prédicas revolucionarias tienen poco seguimiento… ) y letra, inglesa, natürlich!!... el guión de ese su debut cinematográfico, todo un prodigio de imaginación y despropósito a partes iguales.

Seguramente y debido a su condición de provocadora e iconoclasta, a usted Dame Marion le sonará más como firmante de historias habladas, algunas de ellas ciertamente interesantes, pues la susodicha fräulein, con el paso de los tiempos, adquirió cierto oficio y desenvoltura para idear historias menos enrevesadas como la que acontece en “The Love Light”, pero no tema… éste Herr Von promete, con o sin la ayuda de la fértil y por momentos, furibunda imaginación de Dame Marion, continuar viendo filmes silentes en el elegante teatro del Schloss, poseedores de argumentos alucinados, enloquecidos, dicharacheros e incluso revolucionarios, todo sea por el proselitismo silente.

Por cierto y por si acaso: ¿acaso se creía usted que éste su Herr Graf, íbase a quedar tan pancho ( perdone usted si no comprende ésta última expresión típica germánica, pues es de difícil traducción a su tosco idioma tridente o trilingüe…), y no responderle a usted a su extenso y último mensaje, con otro mucho más largo e incluso más divergente?... ¡ah, pero que poco conocen ustedes a los aristócratas teutónicos!...

Herr Graf Ferdinand Von Galitzien

Histeriahistrionica hat gesagt…

Diario de guerra:
Apreciado herr Conde,
¿Cómo osa siquiera insinuar que esta melenuda sufre querencia por los caldos de dudosa procedencia? ¿¡Quo vadis, mon dieu!? Mi inspiración solícita acude, casi siempre, bajo una denominación de origen y no precisamente germánico.
¿Acaso se ha imaginado, tan sólo llevado por un momento de embriaguez transitoria, que esta gran conocedora de bebidas espirituosas no sabe discernir entre diversos cokteles de calidad? Por ahora, el entendimiento y el riego cerebral funcionan con ríos de vino y no provienen de su querido Rhin.
Y... ¿cómo se atreve a sugerir que realizo botellones en lugares poco recomendables? Embotellamientos, quizá sí... cuando un tapón suicida obstruye la salida de ciertos improperios, en momentos calve de lucha revolucionaria.
Toda reunión político-social que se precie debe estar guiada por la camaradería que inspira una buena cosecha. Y ya sabe usted, Herr Graf, que hay que dejar reposar el vino para que tome cuerpo y madure sino se puede picar y para ello ya existen las lenguas viperinas varias.
Debo decir que esta melenuda suele frecuentar algunos lugares poco recomendables para un conde teutón, en los que se sirven unos combinados cocktails muy estimulantes para cuerpo y mente.
Y no vaya a pensar usted, ni por un momento de demencia senil, que soy su correligionaria ( en cuanto a ideología, se refiere) por muchos licores que pudiésemos compartir de forma casual.

Por cierto, ya que es verdad... nunca bebo sola!!!
Esther.