Donnerstag, März 16, 2006

Gastronomía Germánica IV


Cómo pueden ustedes ir constatando durante estos comentarios germánicos sobre usos y abusos gastronómicos aristocráticos, los menús de las diferentes clases sociales son bien dispares y poco coincidentes; sin embargo y aunque parezca mentira, a veces se producen ciertas coincidencias extrañas.

Es bien conocido que las clases ordinarias, cultivando su mal gusto intrínseco, gustan beber en cantidades desproporcionadas vinos de procedencia dudosa, mezclados asimismo éstos con bebidas gaseosas, dándole finalmente a dicha mezcla, un aspecto espiritoso y ciertamente adulterado.
Las clases aristocráticas, lógicamente, no iban a manipular de manera tan grosera sus preciados caldos cultivados ellos con mimo y infinidades de cuidados por nuestros servicios especializados en cuestiones vitivinícolas, por ello y cómo la aristocracia no gusta derrochar en tan fundamentales y etílicas cuestiones ( máxima que se aplica con rigor a sus sirvientes para que así sepan lo duro que es conseguir mantener un “Schlöss” con su sudor y trabajos ), se usan las añadas menos afortunadas para que gracias al paso del tiempo esos líquidos se vayan gaseando, produciéndose finalmente el milagro: el champagne.

Una bebida gaseosa pero desde luego mucho más estilosa que esos similares brebajes que ustedes se tragan sin rubor, una perversión alcohólica que lógicamente y cómo tal, solamente se le pudo ocurrir a un afrancesado.

Y ahora si me lo permiten les tengo que dejar momentáneamente, pues este Conde germánico tiene que volver a brindar con sus invitados de ésta soirée por cuestiones triviales, natürlich!.

Herr Graf Ferdinand Von Galitzien

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