Dienstag, November 15, 2005

BAL: "Manon" de Kenneth MacMillan



Cuando un Conde germanico conoce a una rica heredera, por muy escuchimizada que esta este y por muy sajona que tambiensea, tiene que transigir con ciertos caprichos para que su fortuna sea en poco tiempo la de este aristocrata teuton.
Fue por ello que ante la insistencia de la misma, tras pasar la velada anterior en la "English National Opera" viendo las aventuras de "Salome", para ver en esta ocasion un ballet en la "Royal Opera House", este aristocrata tuvo que simplemente asentir pensando, como consuelo, en los interminables viajes de ida y vuela por el bar de tan decadente palacio operistico, pues los "pas de deux" nunca han sido asunto de preferencia para este Conde teuton.

Sin embargo tengo que decirles que a pesar de tales augurios tan poco germanicos, fue esa una noche memorable y una autentica revelacion para este teuton; "Manon", ballet creado por el melenudo Herr Kenneth MacMillan en el anho 1974 sobre la obra de Herr Prevost incluyendo musica poco conocida de Herr Massenet, es un espectaculo realmente fascinante, grandioso.
La produccion que la "Royal Opera House" hace de ese ballet, es perfecta, soberbia, cautivando inmediatamente al espectador aunque incluso se trate de un rudo aristocrata germano con perfidas intenciones para con una rica heredera sajona, con unos bailarines magnificos ( aunque Federico Bonelli, como "Des Grieux", trastabille un poco al comienzo de la obra, recuperando la soltura a medida que avanza esta, aunque esta percepcion aristocratica podria ser tambien el resultado de los efectos del vino afrancesado que este germano se tomo en el elegante bar antes del comienzo de la funcion para asi soportar mejor lo que se creia una noche de tedio britanico ) destacando especialmente Leanne Benjamin como "Manon", perfecta, eterea y cautivadora a falta de ver como se desenvuelve en el mismo papel y en la misma obra la celebre Tamara Rojo que tambien acostumbra a brincar por el escenario de este magnifico auditorio.

En fin, lo que se creia iba a ser otra noche aburrida y decadente al mas puro estilo britanico, por culpa de los caprichos musicales de la flaca heredera sajona, se convirtio finalmente en una noche fascinante, memorable, ademas de levemente alcoholizada ( a este Conde germano los camareros del bar del auditorio ya le hablaban incluso teuton entre interludio e intermedio ), descubriendo gracias a una produccion soberbia y a unos bailarines igualmente magnificos bajo el amparo de la elegante "Royal Opera House", el desconocido arte del ballet para este aristocrata teuton... otra extravagancia mas a sumar, lo que agrava aun mas la situacion, a las anteriores y que causaron el exilio de este Conde en estas tierras antanho brumosas.

Y ahora si me lo permiten les dejo momentaneamente, pues tiene este Conde que enfundarse en una de esas mallas de ballet para tomar lecciones de danza y no saben lo complicado que ello resulta para un aristocrata germano de prominente figura.

Herr Graf Ferdinand Von Galitzien

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